INEOS Britannia y Luna Rossa Prada Pirelli, los destacados finalistas de la Louis Vuitton Cup, se han mantenido a la espera antes de la regata de hoy, mientras un sólido viento de garbí soplaba frustrantemente por encima de los 21 nudos.

Cuando la brisa se ha establecido, finalmente ha permitido a los dos equipos protagonizar una de las clásicas luchas de gladiadores que son sinónimo de la America’s Cup a lo largo de la historia.

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La historia previa a la emocionante segunda regata de la tarde se centró en los problemas con los sables de la vela mayor del Luna Rossa, donde varias roturas habían perforado el material de fibra de carbono de la capa de babor. Lo único que podían hacer los italianos era arriar y sustituir la vela mayor, para lo que recurrieron al chase boat del equipo. Desgraciadamente para los italianos, esto ha ocurrido justo en el momento en que la prueba de viento del comité de regatas ha caído por debajo de los 21 nudos, y la primera regata del día se ha puesto en marcha.

INEOS Britannia se preparaba para la salida mientras Luna Rossa estaba en el extremo derecho del campo de regatas. Cuando los británicos han entrado en el cajón de salida, el umpire Richard Slater ha descalificado a los italianos por recibir ayuda externa y ha concedido la victoria al equipo de Sir Ben Ainslie.

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El drama ha continuado una hora más tarde, cuando, con el viento superando continuamente el límite para la segunda regata del día, los técnicos han subido a bordo del Britannia para comprobar un problema con los sables de su foque J5. Finalmente, se ha decidido arriar parcialmente la vela para solucionar el problema.

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Con la serie 2-1 a favor del equipo británico, se esperaba mucha intensidad por parte de los italianos en la siguiente regata -la cuarta de esta serie a siete puntos- y una lenta entrada en la caja de presalida desde el extremo de babor por parte de Luna Rossa ha sido el comienzo de una regata de alta presión que ha desafiado a los regatistas hasta el límite.

INEOS Britannia ha entrado a tiempo por estribor a casi 48 nudos e inmediatamente se ha puesto a perseguir a Luna Rossa, obligando a los italianos a evitar la colisión en el lado izquierdo de la caja de salida, antes de que los italianos volvieran a cruzar la caja de salida con los británicos a sotavento.

Cuando el tiempo se agotaba, Luna Rossa ha intentado trasluchar en la proa británica, una maniobra clásica de match-racing, que INEOS Britannia ha intentado bloquear y no ha tardado en protestar. Esta, la primera de varias protestas de los británicos durante la regata, ha sido rápidamente desestimada por los árbitros.

Desde la línea de salida, Luna Rossa ha mantenido una ventaja mínima, pero ha sido suficiente para establecer un liderazgo que ya no ha perdido en los ocho tramos de la regata.

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Durante las dos primeras vueltas, se han visto constantes batallas entre estos dos barcos tan igualados, con INEOS Britannia siempre como agresor, colocándose en posiciones incómodas a sotavento y apelando sin éxito a los árbitros en varias ocasiones mientras luchaban por conseguir la penalización de «ponerse por detrás» que les habría supuesto una ganancia inmediata de 75 metros. La avanzada telemetría utilizada en esta Louis Vuitton 37ª America’s Cup significa que las decisiones de los árbitros se basan en datos muy precisos e indiscutibles, aunque esto no ha servido para reducir la frustración de los británicos.

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A pesar de que Luna Rossa había conseguido una cómoda ventaja al final del quinto tramo, los británicos se negaron a aceptar la derrota y han seguido recortando distancias con los italianos. En la última puerta de barlovento, se habían acercado a seis segundos cuando las dos tripulaciones iniciaban el último tramo de empopada. Los británicos se han lanzado al ataque, pero Luna Rossa se ha cubierto de forma inteligente para mantener su ventaja y ha cruzado la línea a casi 50 nudos, solo cuatro segundos por delante de los británicos, igualando la Louis Vuitton Cup Final a dos regatas para cada equipo.

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Jimmy Spithill, timonel de estribor del Luna Rossa Prada Pirelli, se ha mostrado muy orgulloso de su equipo y de cómo han llevado a cabo la jornada: «Probablemente lo más frustrante del día ha sido el límite de viento, pero hemos conseguido empezar la regata y a partir de ahí los chicos se han recuperado brillantemente, especialmente después de ese desafortunado problema con la mayor.

«Ha sido una regata increíble, una lucha callejera en toda regla, y nos encantan este tipo de cosas, ha sido muy divertido. Es genial para el equipo estar bajo ese tipo de presión, ese tipo de estrés y carga, porque tienes que ser capaz de pasar por eso como equipo. Una vez más, los chicos no han flaqueado, han mantenido la cabeza fría y han cumplido, pero también hay que reconocer el mérito de INEOS Britannia. No han dejado de atacar, pero al final el equipo se ha llevado un buen resultado».

Cuando se le ha preguntado si tenía alguna preocupación sobre la preparación del barco tras el problema con los sables, Spithill ha añadido: «No, creo que cuando estás en este nivel de tecnología y estás llevando las cosas al límite, nadie es inmune a tener que enfrentarse a algunos problemas, y eso ocurre en todas las America’s Cup. Te vas a enfrentar a algunas cosas, pero de nuevo el equipo se ha puesto manos a la obra, hemos vuelto a izar la M1 (vela mayor) y hemos podido empezar a competir. Ha sido una buena respuesta del equipo, y hoy hemos estado absolutamente impecables».

Para Sir Ben Ainslie, a pesar de terminar el día con empate a puntos de nuevo, las decisiones de los árbitros en el campo de regatas, y en particular en la presalida, le han planteado algunas dudas:  «Ha sido una regata fantástica, hemos tenido algunas buenas contra Luna Rossa a lo largo de los años, pero claramente frustrado con la decisión de la presalida, que pensamos que era una penalización… pero algo que sabes de las regatas es que los árbitros siempre tienen razón».

Preguntado por las otras dos protestas que han sido denegadas cuando INEOS Britannia ha desafiado la regla de «mantenerse separado», Ainslie ha añadido: «No lo sé. No he visto la aplicación de los umpires, y la aplicación a menudo puede contar una historia diferente y eso es obviamente a lo que los umpires hacen caso. El de la presalida creo que ha estado muy, muy, cerca y, en nuestra opinión, era penalización. Los otros dos tengo que verlos porque son matices de si se solapa o no y estoy seguro de que ha estado muy ajustado».

Preguntado por las condiciones extremas con las que se ha encontrado el equipo, Ainslie ha revelado: «Hoy hemos vuelto a estar arriba, y creo que hemos alcanzado la velocidad máxima del barco en una de nuestras prácticas de salida. El mar estaba un poco más tranquilo, lo que ha hecho que fuera un poco más llevadero para los chicos».

Para los aficionados a la America’s Cup aquí en Barcelona, que han llenado el Race Village y las FanZones, y para los que han seguido la regata por televisión y online en todo el mundo, la segunda regata de hoy ha merecido la espera hasta que el viento se ha establecido. Un Match-Race de alta calidad a 50 nudos es un espectáculo irresistiblemente dinámico y cautivador que perdurará en la memoria de los espectadores.

Con cuatro regatas completadas, la final de la Louis Vuitton Cup sigue en la cuerda floja y hay tan poco que escojer entre estos dos equipos que parece que la serie podría llegar hasta el final. Quién pestañeará primero es una incógnita, pero lo que es seguro es que cualquiera de los dos equipos que gane se enfrentará a Emirates Team New Zealand en el Louis Vuitton 37ª America’s Cup Match.

Las regatas continuarán mañana, lunes 30 de septiembre, con otras dos pruebas programadas en condiciones que se prevén similares a las de hoy. (America’s Cup Media)