Los presidentes de Argentina, Javier Milei; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Paraguay, Santiago Peña, posan en la sede del Mercosur este viernes, en Montevideo (Uruguay). EFE/ Sofía Torres

Redacción América (EFE).- El acuerdo comercial firmado el viernes entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur marca un hito en las relaciones internacionales y económicas entre ambas regiones. Este tratado, fruto de un cuarto de siglo de negociaciones, es un reflejo de las complejas dinámicas de intereses políticos, económicos y ambientales que caracterizan la cooperación global contemporánea.

El acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur representa una oportunidad sin precedentes para ambas regiones. Más allá de los desafíos, este tratado puede marcar el inicio de una nueva era de cooperación económica, siempre y cuando se gestionen adecuadamente las tensiones ambientales y políticas.

Contexto histórico y primeros avances

La relación entre la UE y el Mercosur comenzó a consolidarse en 1995 con el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, que sentó las bases para negociaciones más profundas. A pesar de este inicio prometedor, los progresos fueron lentos debido a diferencias fundamentales en políticas comerciales y agrícolas.

Fue en junio de 2019 cuando se alcanzó un “acuerdo de principio”, calificado como histórico por ambos bloques. Este avance fue un reconocimiento de la necesidad de profundizar la integración económica y explorar nuevas oportunidades de comercio.

El pacto fue descrito como uno de los más relevantes a nivel mundial, dada la magnitud del impacto económico y político que podría generar.

El acuerdo, además, reflejaba un interés estratégico por diversificar mercados y fortalecer la cooperación entre Europa y Suramérica, en un contexto de creciente competencia económica global.