Los premios obtenidos refuerzan la reputación internacional del país andino como un destino turístico completo, que combina gastronomía, cultura, historia, y experiencias auténticas que atraen a turistas de todo el mundo
“Perú fue reconocido como Mejor Destino Culinario del Mundo por duodécima vez, Mejor Destino Cultural del Mundo por sexta ocasión y Machu Picchu reafirmó su estatus como la Mejor Atracción Turística Líder del Mundo”, expresó Ricardo Limo, presidente ejecutivo de Promperú.
El Perú consolida su lugar entre los destinos más admirados a nivel mundial tras recibir tres prestigiosos galardones en la edición 2024 de los World Travel Awards (WTA), conocidos como los “Óscar del Turismo”. Este domingo 24 de noviembre, el país fue reconocido como el Mejor Destino Culinario del Mundo, el Mejor Destino Cultural del Mundo y destacó con el Santuario Histórico de Machu Picchu como la Mejor Atracción Turística del Mundo.
Promperú, la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo, destacó que estos premios son el reflejo del esfuerzo continuo por posicionar al país como un referente en turismo cultural, histórico y gastronómico. Perú suma así su duodécimo galardón consecutivo como líder culinario mundial y el sexto reconocimiento como destino cultural, reafirmando su impacto en el ámbito internacional.
El título de Mejor Destino Culinario del Mundo por doceava ocasión es un reflejo de la diversidad y riqueza de la cocina peruana. Cada plato, desde el ceviche hasta el lomo saltado, es una expresión de las múltiples influencias culturales que han moldeado el país. Ingredientes autóctonos como la papa, el ají y el maíz se combinan con técnicas ancestrales y aportes internacionales, creando una oferta gastronómica única que cautiva a locales y extranjeros.
Los argumentos que llevaron al Perú a ser reconocido como Mejor Destino Cultural del Mundo están profundamente ligados a su historia y diversidad. El país se destaca como cuna de civilizaciones que marcaron la historia de la humanidad, desde los primeros asentamientos en Lauricocha, Huánuco, con más de 10,000 años de antigüedad, hasta la Ciudad Sagrada de Caral, reconocida como la urbe más antigua de América.
La riqueza cultural del Perú no se limita a su pasado prehispánico. Más de 20 mil sitios arqueológicos distribuidos en la costa, sierra y selva son testimonio de la evolución de civilizaciones como Chavín, Nazca, Moche, Chimú y el Imperio Inca. Cada uno de estos pueblos dejó un legado invaluable en forma de ciudades fortificadas, templos ceremoniales, caminos y sistemas hidráulicos. Machu Picchu, reconocido una vez más como la mejor atracción turística del mundo, es el emblema de esta herencia.
El reconocimiento del Perú también incluye su riqueza arquitectónica. Machu Picchu y otras joyas como Choquequirao, Chan Chan, Kuélap y Caral demuestran la habilidad de sus antiguos constructores para trabajar en armonía con la naturaleza. Por otro lado, los centros históricos de Lima, Cusco y Arequipa, reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, resaltan el esplendor de la arquitectura colonial. Iglesias, monasterios y casonas virreinales exhiben estilos que combinan influencias europeas con la identidad andina.
Otro de los atractivos que refuerzan la posición del Perú como destino cultural son sus festividades y experiencias vivenciales. Con más de 6.800 celebraciones anuales registradas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el calendario festivo peruano es una muestra de la riqueza y variedad cultural del país. Eventos como el Inti Raymi, la Fiesta de la Candelaria y las festividades en honor al Señor de los Milagros atraen cada año a miles de visitantes nacionales e internacionales.
El turismo vivencial, que permite a los viajeros compartir costumbres y tradiciones con comunidades rurales, también se destaca como una oferta singular. Pueblos como Ollantaytambo, Lamas y Quinua, reconocidos como “Pueblos con encanto”, ofrecen experiencias auténticas que conectan a los visitantes con la identidad cultural del Perú.
El aura mística del Perú es otro de los elementos que atrae a viajeros de todo el mundo. Ritualidades como las ceremonias a la Pachamama o las prácticas de sanación en la Amazonía forman parte de un turismo espiritual que permite a los visitantes acercarse a tradiciones ancestrales. Lugares como Marcahuasi, Pampachiri y Huayllay son conocidos no solo por sus paisajes únicos, sino también por ser puntos donde la naturaleza y la espiritualidad convergen. (Agencias / Infobae / otros)