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La decisión del gobierno del presidente Joe Biden la pasada semana de otorgar el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a casi medio millón de venezolanos le abrió un camino para trabajar legalmente.

El TPS ofrece una exención temporal de deportación y el acceso a permisos de trabajo durante 18 meses a 472.000 venezolanos que hayan ingresado en Estados Unidos hasta el 31 de julio de este año.

Quienes hayan llegado después de esa fecha, «serán expulsados ​​cuando se determine que no tienen una base legal para quedarse», aclaró en un comunicado el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas.

El TPS «brinda a las personas que ya se encuentran en Estados Unidos protección contra la expulsión cuando las condiciones en su país de origen impiden su regreso seguro», dijo Mayorkas.

«Esa es la situación en la que se encuentran los venezolanos que llegaron aquí el 31 de julio de este año o antes».

Se trata de la mayor concesión de este estatus migratorio para ciudadanos de una misma nacionalidad en Estados Unidos, casi el doble de los 243.000 venezolanos que ya disponen de ese estatus desde 2021.

Para entender la dimensión de la masiva concesión del TPS a casi medio millón de venezolanos, hay que mirar las cifras previas: hasta ahora 610.000 migrantes de 16 nacionalidades, incluidos salvadoreños, hondureños y nicaragüenses, trabajan en Estados Unidos bajo este estatus, según la organización Foro Nacional de Migración.

Esa cifra casi se duplicará con el nuevo TPS destinado sólo a venezolanos, quienes representan la mayoría de los migrantes que llegan a Estados Unidos en este momento.

Estos migrantes escapan de la situación económica, social y política de Venezuela o de otros países donde vivían antes de emprender el viaje a Estados Unidos.

El número también revela el apoyo del gobierno de Biden a los migrantes venezolanos, para los que hace un año aproximadamente creó un proceso legal de llegada al país por avión para el que se requiere un patrocinador que viva legalmente en Estados Unidos.

«Una oportunidad de oro»

John de La Vega, abogado especializado en legislación migratoria en Estados Unidos, considera que el TPS tendrá “un impacto positivo enorme para decenas de miles de venezolanos que se encuentran en solicitudes de asilo, procesos de deportación o apelaciones”.

“El gobierno se ha dado cuenta de que debido a la tardanza que existe en las cortes de migración en casos de asilo, ofrecer esta protección agiliza para los venezolanos tanto la posibilidad de legalizarse como de tramitar un permiso de trabajo”.

Sin embargo, advierte que es importante asesorar a los venezolanos que pueden beneficiarse del TPS, dado que miles se abstuvieron de aplicar para este estatus migratorio en 2021 por desconocimiento del inglés y de las leyes estadounidenses.

“Hay que hacer énfasis ahora en explicarle a los venezolanos, sobre todo los que tienen condiciones más vulnerables, que esta es una oportunidad de oro que deben aprovechar”, señala Helene Villalonga, activista venezolana por los derechos humanos de los migrantes en el estado de Florida.

“Tienen que entender que el TPS es un seguro, una garantía de que no serán deportados”.

Villalonga considera que esta decisión puede disuadir a muchos venezolanos de la intención de emigrar hacia Estados Unidos en lo que resta del año, dado que no recibirán el estatus quienes hayan llegado después del 31 de julio.

Por el contrario, la activista Patricia Andrade, directora de la organización Venezuela Awareness Foundation, teme que el TPS promueva la llegada de más migrantes venezolanos, con la expectativa de que se apruebe una nueva decisión ejecutiva que los beneficie en el futuro.

“Estamos viendo la frontera sur abarrotada de migrantes venezolanos. Ellos no tienen adónde volver, así que para muchos la mejor opción es entrar a Estados Unidos, aunque sea de forma irregular”.

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La presión de Nueva York

La decisión del gobierno de Biden responde sobre todo a las presiones del alcalde de Nueva York, Eric Adams, y de legisladores demócratas, ante la llegada de más de 100.000 migrantes a la ciudad durante el último año. Se estima que cerca de la mitad son venezolanos.

Este flujo desató una crisis que obligó a albergar a decenas de miles de migrantes en más de 200 hoteles, refugios, tiendas de campaña y otras instalaciones.

Andrew Heinrich dirige el Projecto Rousseau, una iniciativa que brinda asistencia a migrantes y promueve la educación entre jóvenes en zonas desfavorecidas de Nueva York.

En sus 12 años de trabajo con comunidades migrantes nunca antes había visto una situación como la de los venezolanos en Nueva York.

“Creemos que el TPS tendrá un impacto enorme para aliviar la presión que la llegada de los migrantes venezolanos generó en los servicios de asistencia migratoria, social y educativa de la ciudad”, asegura desde Nueva York.

Durante los últimos meses, Adams lanzó una campaña con panfletos para persuadir a los migrantes de marcharse a otras ciudades y ofreció habilitar un refugio para 2.000 personas, el mayor albergue para migrantes que ha existido en la ciudad.

Adams responsabilizó al gobierno federal y estatal por no brindar suficiente ayuda a Nueva York para ofrecer vivienda y otros servicios sociales a los recién llegados.

Bajo el lema “Déjenlos trabajar”, Adams y otros líderes demócratas hicieron llamados para exigir más presupuesto destinado a cubrir la asistencia a los migrantes y la construcción de nueva infraestructura.

“Quiero agradecer al presidente Biden por escuchar a nuestra coalición, incluida nuestra delegación del Congreso, y dar este importante paso que traerá esperanza a los miles de solicitantes venezolanos de asilo que actualmente están bajo nuestro cuidado”, dijo el alcalde la pasada semana en respuesta a la decisión. (+bbc mundo)